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BRISAS DE FOZ

Las consecuencias de esa falta de idoneidad, cuando se produce, suelen ser funestas.......

No habían transcurrido 24 horas desde que yo relaté, aquí, aquella reflexión, surgida de una conversación en la barbería, en la que se ponía de manifiesto la escasa idoneidad, generalmente, de los dedicados a la política para ser administradores de nuestro acervo común, echándose en falta conocimientos específicos para desarrollar tales tareas, cuando en el Parlamento Español, el jefe del grupo parlamentario del Psoe, Sr. Hernando, acusaba al Gobierno de, precisamente, haber distinguido con el cargo de ministros a varias personas que, previamente, habían sído trabajadores cualificados en empresas del ramo del ministerio al que llegaban. Dirán vds. Bueno, quizá lo haya hecho porque cree que esos ministros pueden favorecer a esas empresas desde su cargo. Obviamente esa posibilidad existe, e incluso, diría yo que,  tiene un porcentaje de posibilidades cualificado. Pero para eso están, o deberían estar, los controles del Estado de Derecho. El controlar que eso no pueda suceder, es una de las  tareas de la oposición. Sin embargo, porque exista esa posibilidad, no podemos impedir que a los cargos de la administración política, llegue solo gente que nunca haya trabajado o lo hiciere, en todo caso, en algo que no le haya preparado para la labor pública que debe desarrollar. Las consecuencias de esa falta de idoneidad, cuando se produce,  suelen ser funestas, aunque eso no suele ser reprochado con la contundencia racional que merecería, por parte de quienes sean oposición política en cada momento. Solo utilizan algunas de esas circunstancias, y casi siempre soslayando la idoneidad, cuando pueden ser utilizadas para el provecho político partidista, como creo que era la intención del susodicho portavoz parlamentario en la actuación a la que antes me referí. Si el ministro de Defensa es un experto en gestión de empresa fabricante de armamento, eso será lo que lleva ganado cuando tenga que tomar decisiones al respecto de vender/comprar armamento. Si la ministra de Agricultura procede de la más importante empresa fabricante de fertilizantes, conocerá una parte importante del temario de su ministerio, y así sucesivamente. Pensar que eso puede invalidarles para administrar la cosa pública, en lugar de creer que debe ser un beneficio, es una aberración muy propia de quienes son escasamente idóneos para los cargos que ocupan, en mi opinión.

Circula por ahí información que refiere la ascendencia militar de D. Pedro Sánchez Pérez-Castejón, quien parece no utilizar el apellido materno, Pérez-Castejón, muy a pesar de ser, supuestamente, procedente de un insigne militar de mitad del siglo pasado, que alcanzó el generalato. Probablemente, esa procedencia genealógica de la carrera militar, es la que motiva el no uso. Ya se sabe que, los dedicados a la política, corrientemente manipulan lo que les concierne y entienden no les favorece. El Presidente Zapatero  hacía lo contrario, utilizaba el apellido materno obviando el paterno, hijo de militar . El Sr.  Pérez Rubalcaba, asociaba los dos- parece que le molestaba que le identificaren por el paterno solo, como hacía la Srª Villalobos en el Congreso- siendo el paterno, también, de origen militar, aunque terminó como aviador, o mecánico de vuelo, de Iberia. D. Manuel Chaves utiliza el paterno, militar, sin complejos. Lo mismo acontece con D. José Antonio Griñan, hijo de militar. Todos éllos, sus progenitores, franquistas, claro.  Yo tuve un compañero de trabajo, que se dedicó a la política, que ocultaba el apellido de su madre- Lagares- porque, a su criterio, no manifestado, entendía que le perjudicaba en su pedigrí catalán. Su señora madre, que por lo que él me dijo procedía de Betanzos, bien pudiera ser que, perteneciese a la estirpe de los Lagares socialistas de Betanzos. Pero su hijo, también socialista en Cataluña, concejal en el Ayuntamiento, quizá no se paró, siquiera, a conocerlo, para él, el ser hijo de una emigrante, le restaba catalanidad nacionalista y lo mejor era que se desconociere. Nunca vi publicado su nombre con el segundo apellido en los cientos de ocasiones en que salió publicado, pues fue el concejal que tenía la competencia de los Juegos Olímpicos del 92 desde el Concello.   

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