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BRISAS DE FOZ

Dicen de vd que es el perfecto anti-candidato? No, no es verdad, yo, lo que nos soy es un candidato tradicional, quizá porque no soy un político profesional

Estaban entrevistando a Gabilondo, aspirante, independiente, por el PSOE a la Comunidad de Madrid. Dicen de vd que es el perfecto anti-candidato? No, no es verdad, yo, lo que nos soy es un candidato tradicional, quizá porque no soy un político profesional de esos que desde niños vienen estando en los partidos políticos. Yo no critico a los otros candidatos, me limito a exponer mis ideas para mejorar la vida de los madrileños. Qué será lo primero que hará si es elegido? Convocar a todos, dar participación a los ciudadanos, porque la evolución necesaria no la puede hacer un partido solo, ni solo los partido; deben establecerse cauces para que los ciudadanos ayuden en su esta tarea, participando. Su jefe, Sr. Sánchez, no quiere pactar con algunos partidos; vd dice que llamará a todos. Quiere eso decir que no cumplirá con esa consigna de su jefe?. Yo soy independiente; no milito en el partido socialista. No me veo teniendo delante de mí a alguien que me diga lo que tengo que hacer; hablando de cómo es mejor hacer las cosas, si, pero yo haré lo que crea mejor para los madrileños.  Piensa vd, como lo hacen los dirigentes de su partido, que es imprescindible subir más los impuestos. Yo no quiero subir los impuestos, aunque, la gente normal con la que yo hablo, no rechaza pagar impuestos si estos son bien utilizados. Yo, pediré a los que pueden más, que nos ayuden más.

Está claro, por si no lo estaba para algunos. El cambio necesario,  no está sujeto a la juventud o madurez  de los que pretenden ejercitar la política. Está en la estructuración de sus cabezas.

Después de asistir a varios mítines de todos los participantes y de escuchar algunos debates, locales y provinciales, la conclusión es bien clara para mí. La mayoría de estos aspirantes, jóvenes o no jóvenes, nuevos en esta lides o no nuevos, son una reproducción a escala de los líderes que nos han traído hasta aquí. Como tal reproducción, no tienen viso de aportar nada más que algo de radicalización, que es lo que aflora cuando la estructuración de la cabeza es la que es, nada que ver con la que se necesita para evolucionar el ejercicio de la política y por extensión la convivencia de los ciudadanos.

Durante esta campaña electoral, la mayoría de fuerzas políticas están basando su bondad en dos consignas(digo consignas, porque son usadas por los mismos en los distintos lugares: locales, provinciales y hasta nacionales):

               a) Nuestra candidatura está compuesta por gente nueva y bien preparada y con muchas ganas

               b )Queremos contar con los vecinos para practicar una nueva forma de gobernar

Suponemos que,  con eso de que son gente nueva, quieren transmitir que se desmarcan del pasado, truculento, allí donde lo fuere,   de sus respectivas formaciones políticas ; pero, si así fuere, malo es que no se atrevan a decirlo con claridad, realizando una mínima autocrítica. Si no lo hacen, razones tendrán: no pueden, porque están ahí gracias a sus antepasados recientes que, siguen ocupando los cargos de dirección; no pueden, porque no disponen de personalidad para hacerlo y solo, si ganan cargo, luego podrán prescindir de algún lastre que les impida ser perceptores de todo el beneficio del cargo, proceder bien visible y conocido.  Nadie parece dudar de que, uno de los problemas más enjundiosos de la clase política actual, lo constituye su preparación. Eso es lo que se escucha decir a personas y personajes a los que se les puede reconocer capacidad de análisis racional. Los foros políticos al uso: plenos municipales/provinciales, parlamentos regionales/nacionales y de la CE, son lugares donde acampan un gran número de personajes que no se les conoce actividad propia alguna en esas labores, y,  ni que decir de otras. Se limitan a ser un número en las votaciones y ¡!cómo no!!  montar los típicos alborotos que regularmente escuchamos/vemos. Tienen una capacidad operativa fácilmente descriptible y por ende, no trabajan, no leen, no se informan acerca de lo que les compete en tanto que representantes políticos. Solo defienden las consignas de sus conductores; viejas consignas  que aburren hasta a las ovejas. A mí, los discursos de los mítines se me asemejan a los sermones/homilías  diarios, salvando las distancias oportunas, donde el dispensador del mismo, tomando como base, normalmente, la lectura del Santo Evangelio, procura el hacernos inteligible la enseñanza derivada del pasaje evangélico leído. Por ser basados en la lectura de un pasaje evangélico,  el fondo debe ser repetitivo para el mismo día de cada año. Pues bien, los mítines de estos aspirantes, con algunas excepciones, son los mismos en todos los lugares, pronúncielos quien los pronuncie, para el mismo partido y, el fondo, es el mismo en cada elección, sea del órden territorial que esta sea; básicamente, atacar al o a los contrincantes más directos, solo cambia el énfasis, la zafiedad  y/o la soltura del orador. Este desesperante proceder, levanta el “espontaneo”- siempre iniciado por el /los mismos- aplauso de la claque que invariablemente forma parte de la caravana electoral.

Por lo que respecta a la afirmación de que queremos contar con los vecinos, es una manera simple de simular la adaptación a la realidad imperante, pero de este apartado, me ocuparé en la  próxima reflexión.  

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