La desfachatez con que se producen integrantes del cuarto poder, es de aurora boreal....

La desfachatez con que se producen integrantes del cuarto poder, es de aurora boreal. Tienen la cara más dura que el cemento. La semana pasada escuché como un tertuliano, no periodista, le afea la conducta a uno de estos escribidores que nos dan lecciones , todos los días, de integridad, conocimiento y racionalidad, desde detrás de un micrófono  o a través de los medios impresos y de la Tv. El periolisto decía que había estado en el pleno de la Asamblea de Madrid donde de debatiere el asunto del master de la Srª Cifuentes. Decía, el susodicho, que lo que más le había llamado la atención, por la gravedad que entrañaba, había sído como la Srª Cifuentes responsabilizaba, también, a su propio partido por haber descubierto la corrupción de este. Su compañero de tertulia, y no periodista, el Sr. Fidalgo, ex secretario general de CCOO y médico de formación, le interrogó acerca de ¿Quién te ha dicho que la presidenta dijo eso?. Yo estaba allí, contesto, el profesional de la información. ¿Tu le has escuchado eso a la presidenta,…. porque no lo dijo? . Bueno, replico el profesional de la información,  élla dijo que este problema venía determinado porque, entre otras cosas, había descubierto o denunciado la corrupción. Cierto, contestó Fidalgo, pero nada dijo de que se refería a la corrupción del P.P. , por tanto, decir que imputaba a gentes de su partido en el origen del problema del master, es no decir la verdad. El director del programa cambió de tercio, y el profesional de la información,  en dos o tres ocasiones aprovechó para puyear a Fidalgo que acababa de dejar claro, por enésima vez- lo acostumbra a hacer en esa tertulia-  como periodistas  conforman discursos que no se compadecen con la realidad y que, están, y han estado, deformando la convivencia social y hundiendo a personas inocentes mientras que son condescendientes  con otros que no lo son tanto. Estos periolistos , y abundantes chiquilicuatro de entre los que están dedicados a la política, dicen uno y otro día, que la libertad de la prensa es pilar indispensable para la democracia; dicen los mismo de la independencia de los jueces. En ambos casos esa afirmación sería plausible, si entre los unos y los otros, no hubiera abundantes ovejas negras que, presuntamente, están al servicio de intereses diferentes a los de la Sociedad,como colectivo.

Y luego está lo de los master. Esas cosas que, se dice ahora, se compran y se venden con relativa facilidad. Muchos de los chiquilicuatre que forman parte del Stablishment- los cuatro poderes y sus  periferias- han adquirido títulos de forma parecida a como lo hicieron los chicos de ETA durante su estancia en prisión y fuera de ella. Ví escrito esta pasada semana, como un alto cargo del PP decía que, en su CV colgado en la Web del PP, por error, figuraba un master que no es tal,  sino un curso para un programa de liderazgo para la Gestión Pública, y añade, que Pedro Sánchez está en la misma situación; bueno  ¡!y tantos otros!! Tanto a nivel nacional como regional y local. Pero para mí, lo más degradante  es que acontezcan caos de otorgamientos de titulaciones al margen de la legalidad, y, parece, que no solo afecta a los master o cursos especiales que dan derecho a diplomas de mérito académico, afecta también a titulaciones básicas de licenciatura. Algunas universidades y escuela técnicas necesitan de ingresos, que no obtienen regularmente, para mantener sus estrafalarias estructuras. Ya conté aquí, en su día, que visitando yo a un profesor de universidad me encontré con que estaba impartiendo la clase en su propio despacho, consecuencia de que solo tenía ¡!! 2 alumnos!!! En aquel curso; y esto, manifestó, afecta a bastantes departamentos, incluso, añadió, hay cursos sin alumnos, pero con una retahíla de profes cobrando y …. Haciendo sabe Dios que. De ahí vienen estos problemas, además de presuntos  aprobados sin conocimientos, efectuados para mantener el alumnado y no por favorecer a este, sino por mantener la estructura administrativa-docente.