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BRISAS DE FOZ

La cuestión es que se saben inmunes, excepto, y aún en casos, que cometan delitos flagrantes.

Entonces  no existían salas para ir de copas. Tampoco tantas cafeterías donde pasar el rato en “exposición” pública  y cotilleando, habitualmente. Existían las tabernas que, en muchos casos, al menos en los pueblos, eran también ultramarinos, calificativo que les venía de cuando suministraban a los barcos que se disponían a partir para ultramar. En las grandes ciudades, las tabernas eran, fundamentalmente, bodegas. No sé si entonces había una Ley que impidiera  vender espirituosas a los rapaces. Lo cierto y verdad, es que, los taberneiros, generalmente, no vendían a menores esas bebidas alcohólicas, excepto en festividades cuando venían acompañados. Consecuentemente, y  a falta de botellón y salas de copas, los rapaces contertulianábamos- vaya palabro ¿eh?- en las zapaterías, en las sastrerías y en las barberías.  Hablábamos de futbol, de rapazas y también de historietas autovividas, supuestamente,   y algo de política. Se nos antojaba que los ministros y altos personajes que ejercían en la política, eran gente de mucha capacidad técnica en lo suyo. Todos eran tenedores de altas titulaciones y un curriculum profesional importante, nos parecía. Incluso en las alcaldías de pueblos y diputaciones, había gente que nos parecía brillante en conocimientos. Creíamos que para ejercer la política se necesitaba buena formación ¡ muy buena! y/o historia profesional importante. Dábamos por hecho  que se podía ejercer en política por tener ese extraordinario bagaje técnico/profesional. De aquellos lugares donde contertulianábamos entonces, solo queda en pié el de la barbería. En esta, se sigue contertuliando  hoy en día. Por eso, la semana pasada cuando acudí a rasurarme el pelo, pude escuchar como dos personas que, me precedía, una, y el propio barbero, debatían acerca de los personajes que componen las listas de aspirantes a ejercer la política, y del análisis de los que conocían más o menos bien, y extrapolando al resto, no salían de su asombro al plantearse. ¿Cómo es posible que, para desarrollar cualquier actividad, te exijan un conocimiento determinado, incluso para barrer en las calles del Concello, y para ser político, desde concejal hasta presidente del gobierno, no?. ¿Quiere ello decir que, de política sabemos todos  tanto como para ejercerla a cualquier nivel? ¿No es la administración, de lo público, una de las tareas más enjundiosa  y  compleja?. Al final, no me quedó más remedio que participar. Me invitaron a emitir mi opinión, que una vez oída por éllos, dijeron al unísono: ¡!claro….er, esa es la clave!!. Mi teoría, que les expuse y ahora recuerdo aquí es: de política y de la mayoría de las otras cosas, sabemos muy poco en relación a lo que necesitamos saber, pero en el ejercicio de la política, no contraes responsabilidad más allá de dejarlo- que no lo hace casi nadie- cuando  fallas estrepitosamente  e, incluso, lo generalmente sucedido, es que te colocarán en otro lugar, aunque tu fallo haya tenido consecuencias graves o gravísimas para la Sociedad. En el resto de actividades, tus fallos profesionales, dan contigo de patas en la calle, item más,  pueden ser considerados dolosos y conllevar consecuencias, incluso penales. No, no es que los dedicados a la política, excepciones aparte, sepan de ello, la cuestión es que se saben inmunes, excepto, y aún en casos, que cometan delitos flagrantes. Sus muchos fallos, son vendidos como aciertos por la propaganda y, nosotros, los que deberíamos ser sociedad civil, exigente dentro de la razón, lo compramos todo; bien es verdad, que luego lo pagamos muy caro ¡! Mucho!!

 

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