Los políticos no son los únicos responsables de la inacción de la sociedad civil
Las Asociaciones de Vecinos constituidas al amparo de la L.O. 1/2002, son instituciones que, aunque no son órganos constitucionales sino entes privados de base asociativa, forman parte de la arquitectura constitucional, si bien, los tiempos actuales, reclaman del fortalecimiento y la mejora de su estatuto jurídico, con un perfilamiento mayor, más garantista y completo de su régimen, comenzando por considerarlas, de utilidad pública y siguiendo por adecuar la L.O. 1/2002 a los tiempos actuales para continuar modificando las distintas leyes que afectan directamente a su participación en las administraciones municipales y provinciales. La Democracia, en la actualidad, no se entiendo sin una participación directa de los vecinos en la vida política, social y económica de los Municipios y Provincias, e incluso de las Autonomías. A estas alturas, ya nadie pone en duda que la Democracia debe estar soportada en dos bases: la democracia representativa y la democracia participativa.
Las Asociaciones de Vecinos, creadas con el objetivo social de la defensa de los intereses generales de los vecinos, son consideradas, junto con las sectoriales que tengan idéntico fin, las entidades de participación ( Art. 255.1 y 2 L. 5/1997, reguladora de la Administración Local de Galicia). Consecuentemente, no encuentro un objetivo, a desarrollar, más importante para las AAVV que este, dado que la Participación persigue ser complemento y contrapeso de las administraciones municipales de carácter local y provincial; es decir, condicionar las decisiones políticas antes de que produzcan; éstas, y sus consecuencias.
En el año 2011, en España, y muy singularmente en Madrid, grupos de vecinos salieron a la calle para, ante la pasividad secular de los políticos cara a otorgar esa participación debida y reglamentada en la legislación española, hacerse oír y promover una democracia participativa que pudiera evitar la corrupción, trasversal, que nos asolaba, entre otros objetivos. Esa iniciativa de la base de la Sociedad Civil, de la que las Asociaciones de Vecinos son, su más genuina expresión, careció de la obligada puesta al frente de las direcciones de las Federaciones de Asociaciones de Madrid e incluso, de la Confederación Nacional. La consecuencia es bien conocida; una vez más, un grupo de pseupolíticos, utilizó, este Movimiento Vecinal, para catapultarse a la política dejando tirados a los vecinos que son ajenos a la ideología de estos usurpadores de la voluntad vecinal.
Desde mi punto de vista, las AAVV necesitan de una pronta y profunda transición. Hoy, ya no es suficiente la reivindicación como única o principal vía de acción. Como los sindicatos, los partidos políticos y otros entes integrantes del entramado socio-político, han de evolucionar a entidades capaces de ejercer sus derechos sentadas a la mesa de las decisiones, y para ello, necesitan reconsiderar sus estructuras, donde se hacen indispensables personas con capacidad de estudio y análisis que puedan debatir, con argumentos, con los políticos de las administraciones citadas y utilizar todo el canal legislativo que ofrece nuestro Estado de Derecho para influir en las decisiones que afectan a los intereses generales de los vecinos, e incluso, promover modificaciones de las leyes o iniciativas legislativas . El verano pasado se aprobó la Ley 7/2015, de 7 de agosto de la iniciativa legislativa popular y participación ciudadana en el Parlamento de Galicia a través de lo promulgado en ella, en el ámbito autonómico, se pueden hacer: proposiciones de Ley, participar en la elaboración de leyes con sugerencias y proposiciones; proposiciones no de ley para impulsar acciones de gobierno y control del propio gobierno a través del Parlamento. A día de hoy, las Federaciones y la Confederación Gallega de AAVV, deberían estar estudiando un Plan que permitiera a los vecinos, a través de sus organizaciones, citadas, y de la Ley reseñada, ejercitar todos los derechos reconocidos en esta Norma, pero ni lo están ni se les espera, parece. Los personajes que están al frente de estos Entes, las AAVV, tienen otras prioridades, que no pasan, precisamente, por convertir las vetustas estructuras en equipos de trabajo capaces de interlocucionar, de igual a igual, con las administraciones y elevar el reconocimiento social de sus colectivos, de lo que tan necesitados están.
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