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BRISAS DE FOZ

La necesaria regeneración.......

Cada día aparecen más voces denunciando la situación política que reina es nuestro país, aunque, yo creo que, este “virus,” está lo suficientemente extendido como para calificarla de pandemia.

Se dice y enfatiza, que estamos bajo un régimen político  derivado de un sistema formalmente democrático, pero, prácticamente, convertido en una partitocracia.( El filósofo español Gustavo Bueno, la define así: "la partitocracia constituye una deformación sistemática de la democracia. Cada partido tiene sistemáticamente que atacar al otro"). Otra forma de definición emana de la teoría antiliberal : “la partitocracia es aquella forma de Estado en que las oligarquías partidistas asumen la soberanía efectiva” .

Para que un régimen se pueda tildar de democrático, en todo caso, es  condición indispensable que los poderes, típicos, de esta clase de régimen : Legislativo, Ejecutivo y Judicial,  sean “realmente” independientes. No basta con serlo formalmente. Bajo una separación de poderes formal, no se puede dar nunca el control recíproco que resulta indispensable para evitar el abuso de poder y todo lo que de él se deriva: corrupción, inseguridad jurídica, ciertas dosis de carencia de libertad( dirigismo estatal), etc, etc.

La carencia de listas abiertas para las elecciones al Legislativo, se fundamenta, por este Régimen actual, en la necesidad de otorgar fortaleza a los partidos políticos en el momento de la transición política. Si eso fuera así, deberíamos concluír que a esa “fortaleza” que dio lugar a la partitocracia, los políticos que han sído y son, le han tomado el gusto. Se sienten cómodos, una vez alcanzado el poder dentro del partido, dirigiendo la composición del Legislativo, donde cada representante o parlamentario, se haya bajo una especie de “secuestro” que le impide ostentar la representación real de los ciudadanos. Sus decisiones son “tomadas” por la cúpula del partido, recibidas a través del portavoz parlamentario correspondiente y ejecutadas mediante la pulsación del botón oportuno. Para más inri, cuando las decisiones pueden afectar a la conciencia del parlamentario, se refuerza la, por éllos mismos llamada, “disciplina de voto”. Por tanto, no solo no votan a favor de los intereses sus circunscripciones, habitualmente,  sino, que incluso, lo hacen contra su propia conciencia en ocasiones.

Este “especialLegislativo es el que debe otorgar el poder a un Jefe de Gobierno; por tanto, el que condiciona el Ejecutivo de inicio. Formalmente es así, pero, realmente, no. A la facción mayoritaria del Legislativo, le llega la “orden” de a quién debe votar en la envestidura independientemente de que el proyecto esbozado durante el discurso, pronunciado a tal fin,   le resulte convincente o no. Y, si sus votos no fueran suficientes, también llegan “transacionados” los procedentes de otros partidos que los “prestan” a cambio de alguna concesión a recibir del futuro Ejecutivo que colabora a formar. Posteriormente, estos dos poderes configuran el Judicial a través de sus órganos de poder correspondientes y de los tribunales de las más altas instancias, quedando su independencia reducida a la iniciativa individual de determinados ejercientes.

Esta situación, que debería ser una de las cuestiones fijas en la denuncia de los medios de comunicación, no afloró durante las últimas décadas. Ahora, esas voces que citábamos al comienzo, lo evidencian y, atribuyen a la dependencia de estas empresas, de la comunicación, de las “prebendas” del Ejecutivo que reciben en forma de: publicidad institucional, ayudas específicas y otorgamientos de concesiones. Hace pocos días aquí, recordaba el anuncio de Rubalcaba en el sentido de ayudar a los medios a aliviar la situación y salir de la crísis, ahora que el Ejecutivo depende en gran medida del eco, y el sentido de éste, que los medios se hagan de la penosa situación actual para poder completar la legislatura y luego, obtener los pertinentes votos.Blanco y en botella, leche será

Esta situación, preocupante cuando menos, necesita de una regeneración inmediata  a la cual parecen poco proclives los actuales políticos en ejercicio. Por eso, sin lugar a dudas, la aparición de estas voces, individuales algunas veces y “agrupadas” otras que bajo el estandarte de sociedad civil, se mueven  en el  sentido de promover la citada regeneración  que debería comenzar por “forzar” a los partidos políticos a abrir sus listas al efecto de  que el votante  pudiera elevar al Legislativo, tanto nacional como autonómico ( si en el futuro somos capaces de poder continuar pagándolo) a su verdadero y real  representante, que ya no estaría al servicio de un partido, y si al de sus representados de los que dependería, aunque, naturalmente, pudiera militar en el partido X. También, esta regeneración en la base, acabaría con la mediocridad alarmante de la clase política actual, factor que resulta determinante en la situación de agonía que padecemos.

 

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