Rajoy tenía razón, llovió e hizo viento y la energía bajó a sus valores ordinarios......

Hace unos días, el precio de la energía eléctrica, en España, alcanzó valores de record, entonces los escribidores profesionales y los analistas políticos- suelen ser los mismos- se lanzaron como lobos hambrientos a divulgar que esto sucedía porque, la Administración, no solo no controlaba a las productoras, en su afán especulador,  si no que, nos freía a impuestos. La Administración, por boca del ministro del ramo, adujo que estábamos en una situación excepcional y puntual debido a que no llovía ni hacia aire, como era propio de este tiempo, razones por las cuales  la sección de producción a base renovables, de las más baratas- junto con las nucleares, añado yo- no aportaban su ponderación al mix de costo; y, además, en Francia tenían la mayoría de su parque de nucleares parado y estaban comprando energía en España, lo que acrecentaba el costo, todavía más, dado que la carencia del sector renovable se debía cubrir con gas para accionar la centrales combinadas . Preguntado luego al Presidente de gobierno por si se actuaría sobre el mercado español del gas, éste dijo que no haría falta porque iba a llover. Llovió y el precio de producción de le energía se redujo a la mitad de aquel pico de días atrás. Esta afirmación del Presidente, originó otra tormenta informativa con abundancia de guasas y descalificaciones encubiertas. Son estos escribidores y analistas, los mismos que día sí y  día también, aseguran- todos lo mismo, excepciones hechas, como borregines- que no entienden el recibo de la luz. Es un mantra muy socorrido   que utilizan para rellenar las carencias que les son propias. Decía estos días un periodista de estos, en una tertulia, que la prensa, actualmente en serios apuros, en lugar de información emiten opinión; opinión  correlativa a su ideología política o su pagador, las más veces al margen de su propio editor. Si estos deformadores de la realidad se hubieran tomado la molestia de leerse la información que acompaña a esa factura que no entienden, habría observado que, el 35,3% de la producción del sistema eléctrico español, es de origen renovables; seguido de lejos de las nucleares, con el 23,9% y las de carbón, con el 23,2%, y, de ese 35,3% , el 17,4 % procede de a eólicas y el 6,7% de las hidráulicas : Luego, ¿Tiene o no tiene importancia la climatología en nuestro sistema productivo de energía eléctrica?. Además, a la hora de determinar el precio/hora  del costo de la energía eléctrica, en España, para aplicarlo al mercado, las energías renovables y después las nucleares, son las producciones que encabezan, por Norma establecida, el mix, por tanto, si estas producciones son altas, reducen la entrada en el  citado mix ( solo entra la previsión de consumo) de las más caras, incrementando así, su influencia positiva en el costo al consumidor.

Por lo que se refiere al impuesto, acontece lo mismo, estos manipuladores no se leen, y por tanto no calculan, cuanto es el impuesto que sostenemos en nuestra fra de la luz. Las comercializadoras lo expresan, incluso, en gráficos, quizá, pensando en estos, que siempre aluden al mantra, de  que son de letras, para tapar su carencia calculadora. Mi fra de la luz, incluye un  impuesto, correspondiente a :

* Un 5,113%( Art. 99 de la L. 28/2014) sobre la energía consumida y la potencia contratada

*Un  21% de IVA , sobre el total de la Fra antes de aplicar el Iva

En mi caso, estos impuestos suponen el 21,34% sobre el total facturado. Podemos discutir si el Iva debería ser un % menor considerando a la electricidad un bien de primera necesidad, pero hay que reconocer que, el uso de este bien, la electricidad, está sujeto a unas evidentes malas prácticas  en el uso, que suponen mucho más que lo que encierra la diferencia entre  un Iva general o reducido. Es en esos malos usos, donde los medios de comunicación deberían estar haciendo hincapié, a diario, porque, ese mal uso, repercute negativamente para toda la Sociedad  a la que,  ellos, los medios, tienen el deber de coadyuvar a formar, como contrapartida a lo que el Estado les entrega en nombre de esa Sociedad.