Son no muchos, pero aguantan este merdé que diría el President ,en funciones, Mas y mejor ejemplo de los que son más......
Hace un par de meses al ministro del interior le cayeron palos de todos lados, por alertar de que, a través de la corriente de refugiados podrían entrar terroristas si no se controlaban estos flujos. Ahora, se dice que, alguno de los terroristas que han actuado en Francia, podrían haber utilizado esa vía. No ha mucho que yo escuché a un autodenominado analista especializado, aseverando que, un terrorista nunca utilizaría esa vía, por el riesgo que supone de ser descubierto. Hoy mismo, un monaguillo de esos que viven de las ONG´s o similares, despotricaba contra la posible influencia, negativa, que podría tener el sospechar de infiltraciones, terroristas, a través de los citados flujos de refugiados y/o inmigrantes. Lo cierto y verdad, es que, la puñetera evidencia dice que en estos últimos 30 ó 40 días, los terroristas, aquí, allá y acullá, se han llevado al otro mundo más de medio millar de personas. Eso es lo único que no ofrece dudas.
Durante estas últimas horas, se ha podido escuchar a cientos y cientos de especialistas hablando de este asunto del terrorismo cotidiano. Militares que aseguran que dado que el Daesh o ISIS está instalado en una zona llana entre los ríos Éufrates y Tigris , con los medios de control remoto existentes, se tienen perfectamente localizados sus núcleos fundamentales y sus movimientos, como el de las grandes caravanas de cisternas que son utilizadas para despachar el petróleo, su base de subsistencia, que sale de las varias refinerías que controlan en Siria e Irak, lo que hace factible ataques selectivos que mermen su capacidad.
Otros especialistas, hablan de la ayuda exterior, tanto en forma de logística, cientos de coches nuevos de una determina marca, formando caravanas de guerra, como en la de dinero; dinero que necesitan para garantizar los productos y servicios básicos a las gentes que están bajo su control, y que, sin esa provisión de productos y servicios, se podrían volver en contra, revelarse. Putin acaba de decir que, incluso, entre los países G20 hay patrocinadores. Otros hablan de Arabia Saudí y Turquía, en ambos caos, con indicios evidentes, se cuenta. Lo cierto es que por la frontera turca parece plausible que exista intercambio. Esta frontera, de aproximadamente 300/400 km, a diferencia con la de la zona Kurda, que le dobla en longitud, no está “sellada”; y de Arabía, no sé si del Estado o de “particulares” parece llegan maletas de dinero. Incluso los hay que aseveran que el propio Bashar al Assad es cliente de este petróleo terrorista.
En definitiva, estamos, una vez más, ante un problema político generado por intereses de determinados políticos. Los ciudadanos que mueren, son las defensas que salvaguardan a esos políticos para que no les llegue el fuego asesino. Cientos, miles de muertos y de vivos sin futuro alguno y destinado a morir prematuramente. Miles de actos, a veces ridículamente impostados. Lloros y cantos. Pero el problema sigue ahí, mientras personajes, que aceptamos como líderes, juegan su partida política.
Cuando miramos a nuestro alrededor más próximo y vemos como personajes personajillos, dedicados a ese pingüe negocio en que han convertido la noble tarea de la política, de las mismas organizaciones políticas y de otras índoles, se hacen trampas entre sí para ostentar el poder de una concejalía o diputación, u otras, a expensas de traicionar a tu compañero, podemos entender que aquellos de estos que alcanzan cotas de poder elevadas, llevan aprendido el trilerismo, la traición al compañero, el trepaje, la carencia absoluta de moral y ética, la falta de valores y principios, base da la Democracia, por tanto. Solo tienen un objetivo, poder y más poder, que eso es equivalente a más beneficio. Si, ya sé que hay excepciones. Gracias a ello, todavía este tinglado no se lo ha llevado el viento de la subversión. Son no muchos, pero aguantan este “merdé” que diría el President ,en funciones, Mas y mejor ejemplo de los que son más. Para ellos, mi agradecimiento, porque el solo hecho de verse rodeados de tanta infamia, en sus propias casas, son dignos de compasión y agradecimiento, ya que es evidente que les debe proporcionar mucha, que digo, ¡! Muchísima!! amargura; algo parecido a lo que yo experimento al mirarles y verles actuar.
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